Columna escrita por Matías Canelo, gerente general de Gestión Social
Al mismo tiempo que discutimos sobre el futuro de las pensiones en Chile también nos encontramos inmersos en la polémica por la actuación de peso pluma en el festival de viña 2024. Ambas polémicas tienen algo en común: en los dos casos el fenómeno del corto y largo plazo se encuentran en tensión.
Sobre las pensiones algo que sabemos es que el interés compuesto ha hecho su magia al permitirnos contar con montos de hasta 3 o 4 veces lo ahorrado a partir de nuestros ahorros. Otra discusión es si esto es suficiente o no, y hay bastante consenso en que no. Lo importante acá es el tiempo. Mientras más tiempo mantenga mis ahorros invertidos mayor será el rédito que podré obtener, inclusive si ahorro menos. Lo importante es partir cuanto antes para extender los ahorros por el mayor tiempo posible. De hecho, existe el mito de que Albert Einstein señaló en algún momento que el interés compuesto era la fuerza más poderosa del universo.
La propuesta del gobierno es difícilmente sostenible ya que no contempla variables de mediano / largo plazo como la aceleración del envejecimiento poblacional, los ratios de reproducción o la baja actividad económica por el despoblamiento mundial.
Existen diversas cifras respecto a la tasa de fertilidad, pero la que muestra más datos entre estimaciones y proyecciones es la División de Población Mundial de Naciones Unidas, que muestra datos entre 1950 y 2100. En ella se constata cómo la tasa de natalidad en el mundo va disminuyendo poco a poco, donde Chile alcanzó su máximo ratio neto de reproducción (N° de hijos sobrevivientes por mujer) el año 1956 con 1,92 hijos, mientras que el mundo entero en 1963 con 1,99. En 2024 el dato que estima Naciones Unidas es de 0,86 hijos por mujer para Chile, y el mundo en 1,06 (dato global en gráfico). Este dato, junto al mayor envejecimiento poblacional (actualmente en Chile es de 81 años, y para el 2100 se proyecta en 92 años), no solo reducen la población en edad de trabajar, sino que aceleran el despoblamiento global.
Ahora, qué tiene que ver todo esto con Peso Pluma. La cultura narco instala una aversión al riesgo tal que les permite acceder a bienes materiales que difícilmente podrían haberlo logrado mediante el sistema tradicional, terminando el colegio, estudiando en la universidad y trabajando por muchos años hasta poder comprar una casa o un auto de alta gama.
Veamos algunas cifras que ayudan a entender este fenómeno. Los desvinculados del sistema escolar en 2023 crecieron un 13,3% respecto al año 2022. Los resultados de la prueba de selección universitaria muestran que la brecha se mantiene entre instituciones públicas y privadas. De hecho, quienes más participaron de la PAES en 2023 fueron estudiantes de la educación particular pagada (93%), luego las instituciones públicas (84%) y finalmente los colegios técnico profesionales (81%). Estos resultados muestran que el riesgo de entrar al mundo narco es mucho mayor entre quienes menos recursos tienen, quienes además ven con menos esperanza el poder progresar en sus vidas profesionales.
Por otro lado, si bien no existen estudios que muestren la edad media en que mueren los narcotraficantes, sí existen algunos que dan cuenta de la edad promedio en la que pierden la vida por hechos de violencia ligados al consumo y tráfico de drogas. Entre estudios previos al año 2000 se señala como edad promedio los 26 años, mientras que estudios más recientes señalan que es entre los 37 y 47 años, donde la prevalencia se encuentra entre los hombres.
El riesgo que se asume claramente es mayor por vivir en este tipo de contextos. Y no hablamos del riesgo que uno asume cuando elige el fondo A para su jubilación o el de ir al casino tratando de ganarle a la estadística, sino que acá está puesto en perder la vida en un ajuste de cuentas o en manos de la policía, pero con una paga que permite acercarnos a la vida soñada no a los 65 años, sino que mucho antes.
Fuentes: